¿Ha pasado alguna vez horas preocupándose por lo que pueda decir alguien cuando lo vea? ¿O has perdido alguna vez semanas preocupándose por si podía ocurrir algo malo? Yo sí.
He pasado muchas horas preocupándome por personas y circunstancias sobre las que no tenía absolutamente ningún control. Y todo ese tiempo de preocupación no ha servido de nada.
Además de perder el tiempo, centrarse en cosas que no puedes controlar te resta la fuerza mental que necesitas para dar lo mejor de ti.
Por supuesto, es difícil dejar de preocuparse por cosas que no podemos controlar. Nuestro cerebro quiere pensar en resultados catastróficos o en los peores escenarios.
Al principio da miedo reconocer que no puedes controlar algo. No puedes obligar a tus padres a dejar de beber. No puedes obligar a tu pareja a quererte. No puedes hacer que tus hijos saquen buenas notas.
Sin embargo, puedes controlar cómo respondes a esas cosas. Puedes influir en la gente con elogios y límites y dejando claras tus expectativas. Y puedes trabajar en la gestión de tu respuesta emocional cuando las cosas no salen como quieres.
Cuando te centras en las cosas que puedes controlar, la vida mejora. Así que, en el Vivir Sin Dramas de hoy, comparto cómo saber si te estás centrando en cosas que no puedes controlar y cinco estrategias que te ayudarán a dejar de hacerlo.
LO QUE DESCUBRIRÁS:
- Dónde está la raíz del problema de querer controlarlo todo.
- Qué ocurre cuando cambias tu enfoque
- Situaciones en las que te encuentras queriendo controlar sin darte cuenta
- La clave en identificar tus miedos
- La diferencia entre rumiar y resolver problemas
Deja una respuesta